“GANADORA DEL 1º CONCURSO LITERARIO BUBOK Y LA FACTORÍA DE IDEAS”
Este no es el relato de un romance. Es un viaje, una aventura de treinta y tres años, seducidos por la vida de dos personas cuyos caminos parecen estar trazados para cruzarse en diferentes momentos. Es una novela de amores y desencantos, de reencuentros y recuerdos, de proyectos e ilusiones, de aciertos y fracasos, de destinos. Un trazado de largo recorrido que conforma un universo tan insólito como la propia realidad.
UN PASEO POR LOS ESCENARIOS DE "MI INFIERNO ERES TÚ". Primera parada: BARCELONA
Barcelona es
una ciudad que siempre ha dado mucho juego en la literatura. Paseos, parques,
restaurantes, plazas, miradores, mercados…. Y ese color Mediterráneo capaz de
vestir cada una de sus esquinas, chaflanes y monumentos de una magia singular, han
sido escenarios que han inspirado no sólo a escritores, pintores, escultores, poetas y arquitectos; artistas de toda índole han encontrado en ella el lugar
idóneo para dar rienda suelta a su creatividad, conformándola en una metrópoli llena
de atractivos. Se trata de una ciudad con vida propia, que ha ido evolucionando
y adaptándose a los nuevos tiempos ante la mirada de residentes y visitantes, conservando
rincones cargados de historia pero sin renunciar a la influencia del paso del
tiempo.
Nosotros no
hemos podido sustraernos a su encanto y por ello, Antonio Perelló, Tony, el
protagonista masculino de la novela, decidió nacer y crecer en la Ciudad Condal.
Este no es más
que un breve paseo fotográfico por algunos de los escenarios que os
encontraréis en diferentes momentos de la narración. Esperamos que lo
disfrutéis y que os sirva de estímulo para lanzaros dentro de esa gran aventura
que es “Mi infierno eres tú”.
La Casa Batlló
Construida entre 1904 y 1906 en
el corazón de la ciudad, es la obra más emblemática del genial arquitecto
catalán. Gaudí dotó a la Casa Batlló de una fachada original,
fantástica y llena de imaginación.
La fachada en su conjunto es una
representación alegre, alegórica, con elementos orgánicos, cargada de
simbolismo y de colores, todo un espectáculo en la ciudad que inspira los
sentimientos mas sublimes a quienes la contemplan. La casa es un diálogo con la
luz y el color.
“Desde niño, junto con mi hermano Francesc, nos hizo recorrer mil veces
el paseo de Gracia para admirar los secretos que encerraban la construcción de
la «manzana de la discordia»: la casa Batlló, la Amatller, la casa Lleó Morera,
la de Mulleras, la de Josefina Bonet.”
Barcelona nocturna
desde el Mirablau
En la ladera del Tibidabo encontrarás el “Place To Be” de
Barcelona. El local con las vistas más codiciadas de la ciudad condal. Mirablau
es un clásico de Barcelona con más de 25 años de experiencia. De noche, la
panorámica de Barcelona es impresionante y puede dejar sin aliento a los
desprevenidos.
“El «Mirablau» era mi
socio preferido para terminar de seducir; sentados frente al mirador, con la
sensación de nuestros pies flotando sobre la ciudad, la espectacular vista de
la Barcelona nocturna, la última copa, la que siempre precedía a lo que a mi
más me interesaba, los primeros besos oscuros, las manos rápidas, las frases
precisas tantas veces repetidas, el primer contacto con la textura de unos
pechos desconocidos, los preámbulos de una pasión que terminaría unas horas
después sin despedidas, sin intención de reincidir. Era mi estilo de vida.”
El mirador de
Montjuic
Si desea contemplar unas vistas excepcionales de
Barcelona, el Parque del Mirador del Migdia es uno de los mejores lugares para
hacerlo. Además, para aquellos que tengan ganas de caminar, su amplia red de
senderos les permitirá pasear por la montaña de Montjuïc
“Arranqué el coche,
decidido a cruzar media ciudad, que a esas horas aún dormía. «Alone Again» de
Gilbert O´Sullivan, comenzó a sonar en mis cuatro altavoces y, con los últimos
compases, ascendí por la carretera de Montjuic.
Aparqué y continúe
andando entre la pineda hasta alcanzar el pequeño parque con la fuente, desde
allí las luces de Barcelona se hundían en el Mediterráneo.”
Restaurante Els Quatre Gats
("Los cuatro gatos")
fue un establecimiento hostelero inaugurado
en Barcelona el 12 de junio de 1897. Durante los seis
años en que se mantuvo activo, hasta 1903, se convirtió en uno de los lugares de
referencia del modernismo catalán.
Se hallaba ubicado en la calle
Montsió (o Montesión) en los bajos de la Casa Martí, un
edificio neogótico del arquitecto Josep Puig i Cadafalch (1896).
Los impulsores principales del local fueron los pintores Santiago
Rusiñol, Ramon Casas, Joaquín Mir Trinxet y Miquel Utrillo. El
hostelero era Pere Romeu i Borràs, personaje de una fisonomía muy
característica que constituía la imagen viva del local, elogiado por Rubén Darío, y promotor del deporte
en Barcelona..
Els Quatre Gats se inscribía
en una larga tradición de tertulias, cenas y reuniones de
arte propias de la ciudad de Barcelona, aunque su inspiración directa fue
el cabaret Le Chat Noir ("El gato negro") de París,
cuyo nombre parafrasea, poniéndolo en relación con la frase hecha que
identifica "cuatro gatos" con una concurrencia escasa.
Se realizaron exposiciones
de arte (las dos primeras individuales que Pablo Picasso realizó
en su vida tuvieron lugar allí en febrero y julio de 1900), veladas literarias
y musicales, espectáculos de títeres y sombras chinescas, etc.
“Hacía años que no
pisaba aquél suelo de barro con incrustaciones de mármol blanco y negro; que no
me distraía contemplando, sobre el fondo amarillo de sus paredes, esa galería
pictórica en la que ningún estilo desentonaba.
El piano, como
siempre, sobreelevado en su pequeño entarimado semicircular, esta vez
silencioso, concediendo la ambientación al hilo musical con olor a Fauré; las
mesas de mármol blanco con los insustituibles Thonet —aquellos sí eran los
auténticos— en los que tantos culos ilustres negociaron nuevas tendencias que
hoy son escuela; las lámparas art-decó enseñoreando las columnas, y los
vitrales de sus enormes ventanas que sólo permitían la luz exterior, negando el
paso a cualquier imagen que distorsionase la perfecta armonía creada a partir
del caos establecido por el recuerdo de todo cuanto allí germinó.”
Basílica de Santa Maria del
Mar
Conocida como la "catedral
de la Ribera", es uno de los ejemplos más perfectos de la arquitectura de
estilo gótico, por la armonía en sus proporciones y la serenidad que ofrece el
conjunto.
En la Edad Media, los largos
periodos de construcción de una iglesia, (frecuentemente más de un siglo),
solían implicar cambios de estilo arquitectónico. Santa María del Mar de
Barcelona es una excepción: construida en sólo 55 años, de 1329 a 1384, es la
única iglesia de estilo gótico catalán puro. Su estructura es de tres
naves casi de la misma altura, con sobrias y altísimas columnas cada 13 metros
de distancia, un espacio no superado por ninguna construcción medieval en todo
el mundo. La impresión resultante es de una amplitud, elevación y ligereza
sublimes, como si la gravedad se hubiera dado la vuelta y atrajera las piedras
hacia arriba. Las numerosas ventanas con vidrieras de la iglesia de Santa Maria
del Mar juegan un papel importante en este sentido.
De la iglesia cabe destacar la
vidriera de la Ascensión, en la Capilla de Santa María, y la del Lavatorio en
la de San Rafael, así como el gran rosetón. Éste fue destruido durante el
terremoto que hizo temblar Barcelona en 1428, y reconstruido a mitad del siglo
XV. Si nos fijamos en el suelo, encontraremos sepulcros particulares y también
sepulcros de cofradías y gremios de la Edad Media en Barcelona. Y es que esta
Basílica de Santa Maria del Mar, obra dirigida por Berenguer de Montagut, fue
el templo de los armadores y mercaderes de la Barcelona gótica.
“Atravesamos la
placeta de la basílica de Santa María del Mar y continuamos bajando hasta el
Pla del Palau, donde ella había dejado aparcado su BMW.”
Las Ramblas
Es una de las principales
arterias de Barcelona y uno de los lugares más conocidos de la ciudad. Se
trata de un agradable paseo de 1,3 kilómetros que conecta la Plaza de
Cataluña con el antiguo puerto de la ciudad.
Las Ramblas siempre
están animadas, repletas de turistas y artistas callejeros que actúan
como estatuas humanas. El paseo cuenta con numerosas terrazas y resulta
agradable sentarse para contemplar el ir y venir de los transeúntes a pesar
de que los precios se ven incrementados por tratarse de una zona tan turística.
Rambla de Canaletes: Situada en
la parte más alta de las Ramblas, junto a la Plaza de Cataluña, la Rambla
de Canaletes es una zona muy concurrida y animada.
Rambla de los Estudios:
Denominada así gracias a la antigua ubicación del Estudio General o
Universidad, también es conocida como la rambla de los pájaros debido a que en
las inmediaciones se encontraba el antiguo Mercado de los Pájaros.
Rambla de las Flores: La parte
más colorida y perfumada de Las Ramblas se encuentra repleta de puestos de
flores y plantas capaces de iluminar el más oscuro de los días. En esta zona se
encuentra el mítico Mercado de la Boquería.
Rambla de los Capuchinos: También
conocida como la Rambla del Centro, cuenta con numerosos lugares de interés en
sus inmediaciones, como son el Gran Teatro Liceo, el Palacio Güell, o la
cercana Plaza Real.
Rambla de Santa Mònica:
Funcionando como vestíbulo del puerto, la Rambla de Santa Mónica es una animada
zona repleta de bares y restaurantes. Al final de la avenida, justo antes
de llegar al mar se encuentra el Mirador de Colón.
“Las primaverales
mañanas de las Ramblas, escogiendo mi pareja de periquitos… La amistad, que
nunca puede ser eterna en una relación padre e hijo, durante aquellos años
funcionó.”
El tranvía del Tibidabo
El último romántico:
El Tramvia Blau, que data del
1901, es el superviviente de la antigua línea de tranvías de Barcelona. Realiza
un recorrido de 1.276 metros en ascensión hacia el pie del funicular del
Tibidabo. Va subiendo rodeado de construcciones modernistas y novecentistas que
dan paso a la naturaleza y a magníficas vistas de la ciudad.
“Barcelona celebraba
con una suave temperatura la llegada de la primavera; y yo, como ya había
convertido en costumbre diaria desde que me licencié de la mili en el pasado
agosto, me había apuntado a la juerga. Por primera vez —bueno, tal vez no fuese
la primera— no terminaba la noche acompañado y decidido a remontar la avenida
del Tibidabo para deslumbrar a alguna residente, o turista en la ciudad.”
La Casa Lleó Morera
Se trata de un
edificio modernista obra del arquitecto Lluís Domènech i
Montaner situada en el Paseo de Gracia, nº 35 de Barcelona. El
proyecto fue un encargo hecho en 1902 por Francesca Morera para reformar la
antigua Casa Rocamora del año 1864. Después de su muerte en 1904, su hijo
Albert Lleó i Morera continuó las obras y dio nombre al edificio. La obra
finalizó el 10 de marzo de 1905.
Es uno de los tres edificios
hechos por grandes arquitectos modernistas —Gaudí, Puig i
Cadafalch, Domènech i Montaner— que forman parte de la
nombrada Manzana de la Discordia, junto a la casa Batlló y
la casa Amatller. La casa Lleó i Morera es la única que consiguió el
premio del Concurso anual de edificios artísticos otorgado por el Ayuntamiento
de Barcelona, en concreto en la edición de 1906.
Se trata de una magnífica obra
modernista, que Lluís Permanyer califica como «un Palacio de la Música
Catalana a escala reducida».
“Distraídos,
intentábamos no perdernos entre sus explicaciones sobre las diferencias
conceptuales de los volúmenes que aplicaron los Gaudí, Domènech i Montaner, o
Sagnier i Villavecchia.”
El Pla de
Palau
Fue en la antigüedad la plaza principal
de la Barcelona comercial
debido a que era la puerta de entrada de todo aquello que venía a través del
mar, ya fuesen mercancías o personas. De hecho era la plaza que daba al único
acceso que se tenía a la ciudad desde el puerto, a través del portal de Mar (siglo XVI). Durante
la época medieval se configuró como centro de intercambios comerciales de
primer orden, construyéndose en ella diversas edificaciones de carácter
eminentemente comercial
“Atravesamos la
placeta de la basílica de Santa María del Mar y continuamos bajando hasta el
Pla del Palau, donde ella había dejado aparcado su BMW.”
El barrio más marinero de
Barcelona, donde los barceloneses acostumbran a degustar recetas a base de
pescado, marisco y tapas.
Situada en un barrio tradicional
de pescadores, es una de las playas más entrañables de Barcelona: Miguel de
Cervantes se inspiró probablemente en esta playa para situar el combate de don
Quijote con el caballero de la Blanca Luna. Aquí fue finalmente derrotado, y
abandonó definitivamente sus delirios de caballero andante.
“El sol bajo de
diciembre, dorando la superficie del Mediterráneo cuando llegamos la playa de
la Barceloneta. Aparco bajo las palmeras del paseo marítimo y bajamos a la
arena.”
Restaurante
Can Solé
Ocupa una casa de dos pisos,
empezó en 1903 y todavía presume de hacer uno de los mejores arroces de
Barcelona. Tiene a familias y grupos como clientes fieles y también a algunos
famosos. Han degustado sus platos a través del tiempo personajes ilustres en
todos los campos como Santiago Rusiñol, Josep Mª de Sagarra, Manuel Vázquez
Montalbán, Antonio Morell.
Pintores como Joan Miró, César Manrique, Tapias, Guayasamin, Xavier Grau, Víctor Mira, Ferrán Garcia
Sevilla, Jose Mª Iturralde.
En medicina el Dr. Fleming,
Jose Mª. Gil-Vernet.
Artistas como George
Chakiris, Ave Laine, Jose Mª Rodero, Alberto Closas, Amparo Moreno, Sarita
Montiel, Concha Velasco, Encarna Paso, Jose Luis López Vázquez.
Cantantes como Emilio
Vendrel, Titto Chippa, Joan Manel Serrat, Jaume Aragall, Manolo Escobar.
Periodistas como Juan José
Castillo, Carlos Sentis, Xavier Orcajo, Jose Mª Escamilla, Fernando Oliveras..
Todos ellos han dejado su huella en el restaurante, por
medio de fotografías, escritos o dibujos, los cuales permanecen expuestos en
las paredes del comedor.
“—Tengo hambre. —me dice y, entre calles aún soleadas, la llevo al Can
Solé.
—Te quiero, Marina. —le digo cuando nuestras copas de cava se tocan, en
el comedor, junto a la ventana y Joan Manuel, cómplice, desde su fotografía nos
guiña un ojo porque en ese momento la vida nos está besando en la boca.”
Plaza de Cataluña
Con una superficie de 30.000
metros cuadrados, la Plaza de Cataluña (Plaça de Catalunya) es una de las
plazas más grandes de España y uno de los lugares más importantes de
Barcelona. La plaza constituye el punto de unión entre el casco antiguo de
la ciudad y el Ensanche.
Siempre animada, es el punto
de partida de algunas de las principales arterias de la ciudad, tales como Las Ramblas, el Paseo de Gracia, la Rambla de Cataluña, la Avenida de
Portal del Ángel, la Calle Pelayo o las rondas de Universidad y de Sant Pere.
“Hacía tiempo que no
me dedicaba una noche para mí solo. Arranqué el coche, decidido a cruzar media
ciudad, que a esas horas aún dormía.”
Restaurante La Carassa
Con una ambientación algo sombría, recargada y muy
especial, La Carassa nos acoge en un pequeño espacio escondido en una de las
callejuelas del barrio del Born donde ofrece su cocina especializada en
fondues. Fundado en 1979, La Carassa se puede describir como un rinconcito
lleno de arte e historia, un lugar mágico y especial, ideal para las más
íntimas y agradables cenas románticas a la luz de las velas.
“Mientras Whitney
Houston terminaba los últimos compases de «I will Always Love You», Laura y yo
salíamos abrazados de La Carassa, la luna hacía tres noches que había dejado de
brillar completa y nuestras sombras, bajo las farolas del Born, nos fueron
acompañando mientras mantenían una alegre conversación en tanto que, nosotros,
justo intercambiábamos alguna frase que anunciaba la despedida.”
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